El cine indie siempre logra atrapar la atención de la crítica en todo el mundo, en la mayoría de las ocasiones es porque es la única más menos decente que se estrena en un rato, en otras por que indudablemente tiene algo que le hace sentirse honesta y dedicada a un público ávido de este tipo de productos, tal es el caso de “Lady Bird” de Greta Gerwig,
Christine «Lady Bird» McPherson cursa el último año de preparatoria, busca ser aceptada en una Universidad lejos de casa, aunque no tiene los medios para pagarle y está en una constante búsqueda de quien es dentro de su escuela y su familia. En el transcurso de ese año le vemos perder el piso, alejarse de sus amigos, y enfrentar a su madre, todo en el proceso de madurar intentando no perder su esencia.
“Lady Bird” funciona principalmente por su extraordinario casting, empezando por una cada vez mejor en pantalla Saoirse Ronan quien logra transmitir las dudas de su personaje, el paso a la edad adulta de una forma creíble y respetable, cautivando con sus debilidades y sobre todo por su realista retrato de un adolescente sin caer en exageraciones. Para hacerle fuerte tenemos a Laurie Metcalf quien da vida a su madre, quien no deja de ser un espejo de las mujeres de edad y la forma en que luchan por sacar adelante a sus hijos, buscando hacerles mejor y fuertes de lo que ellas fueron en su momento. La química entre ambas es impresionante, así como el parecido.
El otro gran acierto es el guión, el cual logra retratar de una forma realista y fehaciente las relaciones madre/hija a principios del siglo XXI, en una época en la que el celular comenzaba a ser parte de la vida de los jóvenes sin ser el monstruo que se ha vuelto hoy en día. Un guión que muestra a una generación buscando su propia voz en un mundo que se convulsionaba a cada momento, con el inicio de la generación de padres que buscaban ser más amigo que padres de sus hijos sin poder por ello dejar de ser dictatoriales. Pero también le juega en contra a la cinta al no presentar un conflicto real en él, fuera de la lucha madre/hija en realidad no ocurre demasiado, todo es muy anecdótico, a excepción de otros dos o tres personajes no hay interés por ellos al intentar centrar la atención en ella (Lady Berrinches Católicos diría alguien). Y el mejor personaje además de las dos, el de la mejor amiga de Lady Bird, permanece fuera de pantalla casi un tercio justo cuando la trama parece mejorará con ella.
La directora logra crear una cinta de humor agridulce que refleja el paso a la edad adulta de una forma creíble y con una gran retrato de las mujeres de una generación.
“Lady Bird” es una cinta que aquellos adolescentes al inicio del 2000 entenderán de una forma magistral, los que tengan hoy en día la edad de la protagonista quizá logren conectar con algunas cosas pero perderán el sentido de la relación familiar se desarrolla, Una cinta de espíritu indie que no deja de ser linda pero intrascendente. Para fans de ese tipo de cines y, por supuesto, para todos aquellos que aman a Saoirse Ronan.
“Lady Bird”
Christine McPherson, apodada como Lady Bird, es una joven adolescente que busca encontrar su propio camino y abandonar los suburbios de Sacramento (California), para conseguir una mejor vida en la costa Este, cerca de la cultura cosmopolita y las universidades de Ivy League. Christine tendrá que superar los problemas con su madre, las dificultades económicas que atraviesa la familia, y sus emociones que están a flor de piel, para poder comenzar una nueva etapa en la universidad.
Irving Torres Yllán
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